Encargo para Mikel, el primer nieto de mi buena amiga Juli. Bueno, más que amiga forma parte de esa familia euskaldun que siempre llevo conmigo a pesar de la distancia. Viví en Molinilla (pueblo alavés de seis habitantes) durante dos años y aprendí mucho de agricultura y ganadería ecológica (algo que me apasiona), pero también aprendí mucho sobre esas cosas que no están escritas en los libros, de amistad, esfuerzo, honestidad, respeto, ilusión...uf, la lista es enorme. La vida me devolvió a la tierra toledana de mis padres pero de una u otra manera, siempre me sentiré ligada a esa tierra. Os animo a conocer Molinilla y su proyecto de recuperación a través de su blog http://www.molinillavive.blogspot.com/ y a través de las distintas noticias que sobre ella se están escribiendo a raíz de su proyecto de revitalización.
“..Mi vida sigue fluyendo en un canto infinito por encima de los lamentos de la tierra.
Oigo el himno real, aunque lejano, que anuncia una nueva creación.
Entre todos los tumultos y las luchas, oigo resonar esa música que encuentra eco en mi alma.
¿Cómo voy a dejar de cantar?
¿Qué importa que brame a mi alrededor la tempestad?
Sé que la verdad está viva,
¿Qué importa que se estreche a mi alrededor la tempestad y la oscuridad?
Produce canciones en la noche.
No hay tormenta capaz de conmover mi calma más íntima
Mientras me aferre a esta roca.
Si el amor es Señor del cielo y de la Tierra, ¿Cómo voy a dejar de cantar?..”
De la canción “Zergatik utzi kantatzeari” de Benito Lertxundi
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